Se publica en Dinamarca una novela con muy buena pinta, DYRETS ÅR (EL AÑO DEL ANIMAL).
En primer lugar, porque la escribe Lone Hørslev, que ya es toda una garantía.
En segundo lugar, por su tema: la vida
de Marie Grubbe, un personaje histórico que ha inspirado a muchos
artistas a lo largo de los últimos tres siglos. En 1994, Juliane
Preisler le dedicó la novela KYSSE-MARIE, aparece también en la obra de
Steen Steensen Blicher y en la de H.C. Andersen y, sobre todo, en la
novela LA SEÑORA MARIE GRUBBE de J. P. Jacobsen (1876, existen varias
ediciones antiguas en español, todas descatalogadas). También
protagoniza una ópera de Ebbe Hamerik, una pieza teatral de Sven Lange y
una serie de televisión.
Marie Grubbe fue "una mujer que vivió
en el siglo XVII: muy admirada en el mundo germánico, dio lugar a una
interesante nota crítica de Robert Musil, que confiesa la dificultad que
tiene para comprender al personaje; escribe sobre el particular:
'No puedo quitarme la idea de que si Marie Grubbe viviera en
nuestros días, nosotros que la conocemos diríamos todos: es una
ninfómana, una histérica, o algo parecido. (...) Creo que Jacobsen
quiere mostrar lo siguiente: aquella mujer era un bello arabesco, grágil
como una flor, pero a menudo extravagante, barroco (...). La novela
pinta menos un personaje que un arabesco'.
La trayectoria de
Marie Grubbe en esta obra es efectivamente complicada y más bien fuera
de las normas morales de la sociedad (escandinava y europea) en la que
Jacobsen publicó su novela en 1876: descendiente de una familia noble,
casada con un hijo natural del rey, intenta, en un acceso de furor que
nada explica, apuñalar a su marido, después, tras su divorcio, emprende
un largo viaje por el extranjero con el marido de su propia hermana, se
casa por segunda vez antes de enamorarse de un mozo de labranza, con el
que acaba por marcharse para casarse una vez anulado su segundo
casamiento. (...) En sus propios excesos, la novela de Jacobsen permite
insistir, por lo menos, en dos aspectos relativos al personaje femenino.
El primero es la distancia cada vez más grande, a lo largo del relato,
que MArie Grubbe toma con la sociedad, hasta el punto de desafiarla
abiertamente; en el penúltimo capítulo, hecha ya una especie de
saltimbanqui, entra "sin prudencia ni contemplación" en un sitio
reservado a gente de calidad: rechazada, Marie miraba descaradamente de
hito en hito a la gente: había adelantado voluntariamente la mejilla a
la bofetada que la sociedad respetable está lista para dar con mano
pronta a la gente como Søren (su compañero) y sus semejantes." La lucha
de una mujer con una sociedad que se opone a cualquier manifestación de
independencia, a cualquier rechazo de lo convencional, es un motivo
recurrente al final del siglo XIX. (...)
El segundo aspecto es
más importante, atañe a las modalidades de explicación del
comportamiento marginal, Jacobsen no explica todos los movimientos, ni
siquiera las intenciones de su heroína, pero el atento lector que es
Musil cree poder catalogarla como una de sus contemporáneas, con
términos científicos procedentes del siglo XIX: una "ninfómana", una
"histérica". Esas explicaciones, por insuficientes que puedan hoy
parecer, van en todo caso más lejos que aquellas que estribaban en una
psicología bastante simplista del alma femenina (...)."
De http://books.google.es/books?id=wNy5Y2l47WYC&pg=PA665&lpg=PA665&dq=marie+grubbe&source=bl&ots=t6b0cfX6cT&sig=IH6lpKm7PUr_BXiJr2Y2kFQV77o&hl=es&sa=X&ei=pOcbVPz_C4KFO8KCgegN&ved=0CB8Q6AEwADgK#v=onepage&q=marie%20grubbe&f=false
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